La celebración de Pascua es realizada en distintas partes del mundo por personas y familias que desean estar en comunión y en Paz. Aprende en el siguiente artículo la manera de acercarte a tus seres queridos en esta celebración tan especial.
“Porque yo lo he escogido para que mande a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del Señor, haciendo justicia y juicio, para que el Señor cumpla en Abraham todo lo que El ha dicho acerca de él.” Génesis 18:19
La Pascua es una de las celebraciones más importantes dentro del camino de Dios. Es un tiempo de reflexión y meditación, en el cual los creyentes recuerdan la crucifixión y resurrección de Jesucristo, su Hijo. Es un momento para renovar la fe, reforzar los lazos familiares y celebrar juntos la vida y la salvación.
La Pascua es también un tiempo para la comunión familiar. En muchos hogares, se celebra con una cena especial en la que se comparte la alegría de la resurrección de Jesús y se reflexiona sobre el significado de la Pascua. Es una oportunidad para fortalecer los vínculos familiares y para demostrar amor y cariño hacia los seres queridos.
“Y ahora, Israel, ¿qué requiere de ti el Señor tu Dios, sino que temas al Señor tu Dios, que andes en todos sus caminos, que le ames y que sirvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, y que guardes los mandamientos del Señor y sus estatutos que yo te ordeno hoy para tu bien?” Deuteronomio 10:12-13
En la cena de Pascua, los alimentos que se consumen tienen un simbolismo especial. El pan y el vino son los elementos principales, ya que representan el cuerpo y la sangre de Cristo, respectivamente. Es una forma de recordar el sacrificio que Jesús hizo por la humanidad, y de agradecer por la salvación que nos ofrece a todos.
Pero la comunión familiar no solo se limita a la cena de Pascua. Es importante que durante este tiempo, las familias se reúnan y compartan momentos de oración y reflexión juntos. Esto puede incluir la lectura de la Biblia, cantos de alabanza y adoración, o simplemente momentos de silencio y meditación.
“Pero Él sabe el camino que tomo; cuando me haya probado, saldré como el oro. Mi pie ha seguido firme en su senda, su camino he guardado y no me he desviado. Del mandamiento de sus labios no me he apartado, he atesorado las palabras de su boca más que mi comida.” Job 23:10-12
La Pascua es también un momento para recordar la importancia de la comunidad en la vida. Es un tiempo para estar unidos y apoyarse mutuamente, para compartir la alegría de la resurrección de Jesús y para consolarse en los momentos difíciles. Es por eso que muchas iglesias organizan eventos especiales durante la Semana Santa, como misas, procesiones y encuentros comunitarios.
Pero la comunión familiar y comunitaria no se limita solo a la Pascua. Es importante que los hermanos y hermanas del Señor mantengan estos lazos durante todo el año, para fortalecer su fe y para recibir apoyo en los momentos difíciles. Esto puede incluir la participación en grupos de oración, en actividades de servicio comunitario o en la asistencia regular a la iglesia.
“Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que en la ley del Señor está su deleite, y en su ley medita de día y de noche!” Salmos 1:1-2
La Pascua es una oportunidad para reflexionar sobre nuestra fe, para compartir momentos de comunión familiar y comunitaria, y para celebrar la vida y la salvación que nos ofrece Jesucristo. Es un momento para recordar el amor y la misericordia de Dios hacia nosotros, y para renovar nuestro compromiso de seguir su camino y de servir a los demás.
En esta Pascua, invitamos a todas las familias a que se unan en la comunión, a que fortalezcan sus lazos y a que compartan juntos la alegría de la resurrección de Jesús. Que esta celebración nos renueve en cuerpo y espíritu, y que nos dé la fuerza y la sabiduría para enfrentar los desafíos de la vida con fe, esperanza y amor. ¡Feliz Pascua a todos y todas!